Intraducción del psicoanálisis

Esta obra apunta a delimitar y a exponer por primera vez, y de modo didáctico, gradual y riguroso, los principales desarrollos del aún inédito Seminario 24 de Lacan, conocido abreviadamente como “L’insu...” (1976/1977). En el mismo, el maestro francés prolonga y ahonda una línea de la escucha y de la operatoria psicoanalítica denominada, por el autor de estas páginas, “lo Real del lenguaje”. El lenguaje constituye, claro está, el recurso insoslayable del analista en la cura, pero se puede encarar y trabajar de modos muy diversos. En ese aspecto, Harari adopta el sesgo indicado por este último tramo de la enseñanza de Lacan, resaltando cómo lo Real en la clínica analítica –que es “por puntas”– puede rozarse una y otra vez si se atiende a la unión sonido/sentido, y no tan sólo a la polisemia marcada por este último. Así, entonces, se logra un avance indudable en lo referente a la aprehensión y a la resolución transformadora de la problemática de los analizantes. Para ello, concluye el autor, el analista ha de ser un intraductor, antes que un traductor preocupado con exclusividad por el simbólico –e ilimitado– juego del significante.